martes, 18 de octubre de 2011

CACAXTLA

CACAXTLA
Cacaxtla es una zona arqueológica en el sur del Estado de Tlaxcala, México, con coordenadas 19°1440 N 98°2023 O, en el municipio de Nativitas; su nombre proviene de la palabra náhuatl cacaxtli o cacaxtle, que refiere a los canastos de viaje que usaban los mercaderes para transportar sus mercancías. El sitio destaca por el buen estado en el que se han conservado sus murales. El esplendor de la ciudad ocurrió en el periodo Epiclásico.
El significado etimológico del nombre de la zona arqueológica proviene del vocablo náhuatl cacaxtli que significa instrumento utilizado para cargar mercancías. Cacaxtla "Lugar donde Muere la Lluvia en la Tierra", herencia de la cultura Olmeca-Xicalanca, grupo triétnico (náhuatl, mixteco y chochopopoloca), quienes al parecer procedían de Xicalanco, en el hoy Estado de Campeche. Las evidencias arqueológicas nos indican que el apogeo cultural y el de mayor esplendor se da del año 600 a 900 de nuestra era.
Cuenta con Museo de Sitio, la zona de Los Cerritos, el Gran Basamento que consta de del Edificio de las Columnas, el Palacio, el Patio de los Rombos, el Patio de los Altares, Cuarto de la Escalera, Templo de Venus, el Templo Rojo, la Celosía, el Mural de la Batalla (con más de 25 m 2), el Mural del Hombre Ave, Jamba Sur, el Mural del Hombre Jaguar, Jamba Norte, el Pasillo de los Tableros y Las Conejeras.
Historia
Se cree que Cacaxtla fue capital del pueblo olmeca-xicallanca, lo cual sugiere que Cacaxtla pudiera existir desde los primeros pobladores, posiblemente descendientes de los olmecas o de los mayas que llegaron a la región central de México provenientes de la costa del Golfo de México o de la Península de Yucatán alrededor del año 400. Casi nada se sabía sobre los olmeca-xicallancas; el término fue por primera vez empleado por el historiador tlaxcalteca Diego Muñoz Camargo a finales del siglo XVI, cuando describió a Cacaxtla como el principal asentamiento de los olmeca-xicallancas. Los olmeca-xicallancas no se deben confundir con la cultura arqueológica olmeca.
Siguiendo la caída de la cercana Cholula, aproximadamente en el año 600, en la que los cacaxtlecas debieron estar involucrados, la ciudad se convirtió en el poder hegemónico de esta parte del valle de Puebla-Tlaxcala. Su ascendencia llegó a su fin alrededor del año 900 y ya por el 1000, la ciudad fue abandonada. Cacaxtla era una fortificación en la que alrededor se construyeron fosos amplios y profundos que sirvieron como trampas para defenderse del enemigo. También levantaron murallas de tierra que utilizaron como puntos estratégicos de protección. Forraron pequeñas pirámides sobre las que edificaron adoratorios. Una de las características de Cacaxtla es que sus construcciones se componían de un pórtico al frente y un pequeño recinto en la parte posterior. Sus edificaciones fueron decoradas bajo relieves en barro, igualmente realizaron pinturas murales en las que resaltaban colores como el rojo, azul, amarillo, negro y blanco; los personajes representados muestran características de la cultura maya.
La estratégica zona arqueológica de Cacaxtla, es un conjunto arquitectónico integrado por cinco cuerpos sobrepuestos (aun no estudiados del todo) situado en una loma que domina un valle dentro del municipio de Nativitas, a 19 km. al suroeste de la ciudad de Tlaxcala.
Cacaxtla fue uno de los más importantes hallazgos arqueológicos del siglo XX por sus testimonios de confluencias mayas, teotihuacanas, mixtecas, zapotecas y nahuatlacas, además de su impresionante conjunto mural, uno de los más extensos y en mejor estado de conservación de toda Mesoamérica.
Cacaxtla deviene del náhuatl cacaxtli, que significa “instrumento utilizado para cargar mercancías” (especie de canasto entretejido de raíces y varas donde los comerciantes y tamemes llevaban las mercaderías a sus espaldas). Esto se representa claramente en el mural del Templo Rojo, al verse a un hombrecillo con caparazón de tortuga y su cargamento llamado "cacaxtli"; de ahí el nombre de esta zona arqueológica.

Una historia plasmada de magia
Las condiciones naturales del valle poblano-tlaxcalteca, fueron desde siempre propicias para el asentamiento y desarrollo de grupos humanos que desde los inicios de la agricultura la han habitado.
Durante mucho tiempo, se ha creído que fueron los olmeca-xicalancas sus fundadores, pero estudios más recientes invitan a reconsiderar que fue en realidad una cultura paleo-olmeca la que la fundó, ya que fue construida en el año 300 aC y sus murales pintados entre los años 640 y 800 dC; además, los olmecas-xicalancas llegaron a esa región en el año 800, precisamente; pero ya para el año 1200 dC, Cacaxtla estuvo ya en total abandono.
Cacaxtla resplandeció entre los años 650 y 900 DNE, después de la decadencia de Teotihuacán en el período Epiclásico, coincidiendo con la aparición de Tajín y Xochicalco, el auge de Cholula y la llegada de los olmecas-xicalancas.
Siguiendo la caída de la cercana Cholula, aproximadamente en el año 600, en la que los Cacaxtlecas debieron estar involucrados, la ciudad se convirtió en el poder hegemónico de esta parte del valle de Puebla-Tlaxcala. Su ascendencia llegó a su fin alrededor del año 900 y ya por el año 1000, la ciudad fue abandonada.
En cualquier caso, sus antiguos habitantes, fueran los olmecas-xicalancas o sus predecesores paleo-olmecas, confirman un intenso intercambio cultural prehispánico.
Pero el sitio fue redescubierto en 1975 por campesinos del pueblo de San Miguel del Milagro, quienes labrando la tierra, encuentran un muro plasmado con el rostro de un personaje, hoy conocido como el "Hombre Ave", y después dieron aviso a las autoridades del hallazgo, iniciando así, el redescubrimiento de Cacaxtla, aún así, el descubrimiento rápidamente llamó la atención de los arqueólogos en ese mismo año.
En Cacaxtla se observan extraordinarios murales de figuras mayas y glifos en náhuatl, ideas y formas de dos áreas muy distantes y distintas que se fundieron en una extraordinaria creación pictórica y de gran riqueza simbólica, un reto para los arqueólogos y un motivo más de regocijo para todo aquel turista que la visita.
Un centro urbano de notable diseño arquitectónico
Actualmente sólo se ha excavado la zona del palacio, mismo que consta de laberintos con cuartos, pórticos y pasadizos construidos alrededor de la plaza principal orientadas en un eje norte-sur. Hoy en día, la zona cuenta con una extensión visible de 200 metros de ancho por 100 de largo, alcanzando una altura de 25 metros.
La urbe prehispánica, estaba formada por una serie de adoratorios, plataformas, templos, terrazas, plazas, calles y pirámides.
Gracias al sistema que soporta el conjunto arquitectónico que actualmente puede verse y que está integrado por cinco cuerpos sobrepuestos uno sobre otro, hemos visto preservado tanto las ofrendas rituales, los utensilios y por supuesto, las pinturas murales hasta nuestros días.
El Gran Basamento, estructura central y eje de su historia
El llamado Gran Basamento es un grupo de edificios de adobe que en cierto momento fueron demolidas en parte, rellenándose el interior de los cuartos y patios, construyendo sobre la plataforma así creada un nuevo grupo de edificios hechos de los mismos materiales. Este proceso se repitió varias veces hasta que el Gran Basamento alcanzó su altura actual.

Contiene tres pórticos que resguardan los murales que le han dado fama mundial, destacando al norte el Mural de la Batalla, que representa el combate y victoria de los antiguos Cacaxtlis, representados por los ricamente ataviados y armados Guerreros Jaguar sobre los Guerreros Ave o Águila, de origen maya, que están desnudos y sin armas, en posición de sumisión.
Este mural de 25 m2 de superficie y 22 metros de largo, es el más extenso del México antiguo. Dejando atrás esta obra de arte de la cultura de Cacaxtla, se encuentra un cuarto que alberga otra maravilla pictórica, el Mural del Hombre Jaguar, personaje con piel felina, con un atado de lanzas del que brotan gotas de agua que caen sobre una cabeza de serpiente con piel de jaguar, rodeados de motivos acuáticos zoomorfos sobre un fondo rojo; otro hombre jaguar, se observa ricamente ataviado, danzando con un caracol marino y otro personaje de vestimenta felina aún más rica y penacho de plumas, se advierte sosteniendo en una mano una serpiente de la que brotan flores amarillas y en la otra mano abraza un recipiente con el rostro de Tláloc, del cual por supuesto, brota agua.

Los majestuosos murales hasta ahora descubiertos datan del período de 650 al 950 a.C, siendo más antiguos que los de Teotihuacán o Bonampak. En lo tocante a la arqueoastronomia del Gran Basamento se le ha considerado como el único edificio orientado hacia la salida del sol durante los solsticios de marzo y septiembre y sus murales, que fueron descubiertos en 1975 replantean varios supuestos de nuestro pasado prehispánico para descifrar toda su simbología, principalmente astronómica.
Otro elemento arquitectónico de interés cultural y turístico es El Palacio, cuya arquitectura residencial incorporó mucho del estilo del tablero de talud de Teotihuacán y su plan de tierra del de los palacios mayas como en Palenque; conteniendo varias habitaciones rectangulares de diversos tamaños.




MURAL DE VENUS

MURAL DE BATALLA

Añadir leyenda

PIRAMIDE DE CACAXTLA



FALDELLÍN

EL DIOS DEL MAÍZ

MURAL DEL HOMBRE AGUILA

MUSEO DE SITIO

MURAL DEL HOMBRE JAGUAR

Panorámica de la zona con el Gran Basamento techado
BRENDA BALDOVINOS ECHEVERRIA

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